Seré un poco dogmático, pero creo que solo había dos
formas razonables de predecir el destino de Perú en la eliminatoria. Pensar que
es utópica la clasificación es una. La otra es creer que es posible y que hay
que luchar por ello. No creo que una mente juiciosa elabore otras
posibilidades.
Personalmente, me inclino más por la primera. No
merecemos siquiera olfatear de lejos la Copa del Mundo. No hemos hecho nada
para hacerlo. Los factores son muchos y es ocioso repasarlos. Sin embargo, en
afán –de alguna manera- de continuar con el show, y sumándome a la expectativa
natural de la gente (que también comparto más allá de lo que antes mencioné),
toca dar un repaso de lo que se viene en el futuro inmediato del equipo de
todos.
Antes que nada, debo hacer una acotación. Conozco
personas que –al parecer- les nació, probablemente por el buen momento
futbolístico de la blanquirroja, colocarse entre los que creían en la
clasificación. O al menos eso se entendía por lo que decían. Luego de la
derrota con Colombia se voltearon sin más ni más. Eso se llama inconsecuencia.
Pensar como hincha. Si crees que Perú va a pelear la clasificación, no vas a
cambiar de parecer por un tropiezo de local. Ahora, luego de pasada la rabieta,
amagan con creer. ¿Quién los entiende?
Ahora sí, vamos con lo bueno. Se sabe que Perú está
OBLIGADO a ganar. Algunos creen que debe sacar seis puntos en ambos partidos.
Lo veo complicado. Con cuatro puntos creo que hemos pasado el examen. No
podemos perder. Si lo hacemos, incluso hasta el que en un inicio pensó en la
posibilidad de clasificar, estará autorizado a dudar. Se puede perder una vez
de local. Perder dos veces, y en la mitad de encuentros jugados como anfitrión
es un batacazo a cualquier opción viable.
Se ha especulado unánimemente con una alineación, más
allá que desde la interna casi no hayan dado pistas de la misma. Fernández;
Guizasola, Zambrano, Rodríguez, Yotún; Ramírez, Cruzado, Farfán, Vargas;
Pizarro y Guerrero. También se especula con Penny (por Fernández), Revoredo
(por Guizasola), Rodríguez (por Galliquio) y con una lesión de Paolo.
¡Protesto!
Después de la Copa América, Superman (o blooperman, como quieran llamarlo) ha atajado en siete
ocasiones con su equipo. Súmenle a ello los cuatro partidos con la selección
(Paraguay, Chile, Ecuador y Costa Rica). ¡Once partidos en un año! Creo que es
inaceptable que un arquero de selección venga con ese ritmo. Confiaré en que el
mago ha visto que a pesar de ello está en ritmo futbolístico. Y ojalá que me
equivoque.
El “Mudo”. Igual que Fernández. La diferencia quizá
radique en el abismo de calidad de Rodríguez con respecto a su posible reemplazo,
Galliquio, cosa que –a mi parecer- no se da con los arqueros.
Ramírez – Cruzado en la primera línea. ¿Quién marca? ¿Acaso
han olvidado que ahora Venezuela hace daño cuando ataca? Modestamente creo que –viendo
la lista de hábiles- la inclusión del volante Ballón puede ayudar a darle esa
cuota de equilibrio con la que aparece en un inicio el equipo. De darse el
caso, sería “Cachinho” quien deba ir a la banca, creo que eso no requiere
discusión.
Por último, soy de los convencidos de que si un jugador
no está al 100% no debe jugar. Sea quien sea. No es el último partido. ¿Qué
pasa si a Paolo se le resiente la lesión a los cinco minutos de juego? Quemamos
un cambio y lo perderemos para la próxima fecha indefectiblemente. Si no juega
hay algo positivo: Guerrero está en capilla y aseguraría su presencia en el
partido contra Argentina.
Tenemos, en cambio, un André Carrillo que ha crecido en
su juego y puede merecer una nueva oportunidad luego de fallarse un gol cantado
ante Colombia, muy aparte de que tácticamente, me parece, sí cumplió con lo que
se le pidió.
Mi pronóstico: Perú 2 – 1 Venezuela.
PD. La noche previa al Perú – Colombia, soñé que el
partido quedaba PER 0 – 1 COL. (!) Hace una semana, soñé que Perú ganaba 7 – 3 (!!!),
después de perder el primer tiempo 0 – 2. No sé si esta vez se cumpla, solo es
necesario el resultado.
Los dejo con el últim triunfo de Perú ante Venezuela por eliminatorias (2008)